El Vicio


“Los vicios cuando son buenos se convierten en virtudes”

Beber. Fumar. Amar. Vivir.

Viene a ser algo así el ser pecador. Eso de Neruda y el “confieso que he vivido” o de Wilde y su “mejor forma de evitar el vicio cayendo en él“. La moda al fin y al cabo se basa en eso, pecados. ¿Qué he hecho?, ¿Cuándo me lo pondré? y ¿Cómo lo pagaré? son la Santa Trinidad del éxtasis del consumidor que sabe que cuanto más absurdo su deseo -un vestido imposible de Galliano para Dior, unos zapatos con suela de papel- y más caro, más satisfecho se siente.

Si se expresara en fórmula matemática probablemente se diría que la satisfacción es igual a la locura más lo distnaciado del artículo de nuestra posición (socio)económica. La satisfacción se manifiesta en la mera compra pero el grado de satisfacción nace del pecado cometido. Es decir un bolso comprado con el sudor de nuestra frente -o de la de otros- en Zara no da el mismo subidón que uno de Prada y unas sandalias de Fosco no proporcionan el mismo embargo que unas de Jimmy Choo.

Los buenos vicios son virtudes. Comprar por comprar es, probablemente, absurdo. Ilógico. Irracional. Obsesivo. Comprar por demostrar es insípido. Insatisfactorio. Antiplacer. Comprar para vivir es lo único que sirve probablemente.

Hace años leí que un estudio demostraba que lo que realmente vendía ropa -hacía negocio en el mundo de la moda- no era el comprar como vituperio del placer, como actividad extracorporal que producía adrenalina y hormonas tan sólo activadas con el sexo (y el chocolate) sino el comprar para. Comprar para quedar con tu novio, para salir con tus amigos, para irse de viaje, para perderse, para celebrar un logro, para animar la vida, para combinar zapatos con el papel de la pared, para disfrutar, para divertirse, para gastar el dinero tan duramente ganado (o no), para exhibirse, para gustarse, para admirarse… para vivir.

El consumismo es, probablemente, uno de los azotes de la sociedad de “chimeneas de hierro y torres de marfil” pero también es una forma de autorealización. Autoafirmación y otra forma de vivir.

¿Quién dijo lo que era arte de vivir? Sin duda alguna, convertir vicios en virtudes.


Information About Article