Chanel Paraffection

Lesage

Lagerfeld no solo hace mamarrachadas (que también), entre una y otra aparece con alguna genialidad o con iniciativas tan interesantes como la fundación, ya hace algunos años, de Chanel Paraffection.

Es un hecho por todos sabidos que la Alta Costura sólo representa pérdidas para las grandes maisons; que el desorbitado precio de esos vestidos de ensueño pocas veces compensa las horas y horas de trabajo dedicadas y la labor artesanal que llevan detrás; y que por ello muchas firmas no pueden sobrevivir. Aún así las grandes casas continúan haciéndonos soñar cada seis meses con creaciones únicas. Estos vestidos de cuento, dónde se cuida hasta el más mínimo detalle, son posibles en gran medida, gracias a la labor artesanal de ateliers con una larga tradición que se encargan de esos bordados excepcionales, de las magníficas flores y plumas, de los insuperables botones…

Bordados Lesage

Pues bien, estos talleres, en la mayoría de los casos sin la fuerza de las grandes empresas, estaban destinados a la quiebra, hasta que llegó Chanel a rescatarlos. Desde el 2002 en que se funda la sociedad Chanel Paraffection (por cariño) se han encargado de ir comprando siete de los más importantes ateliers de Paris para evitar su desaparición y permitirles seguir desarrollando su trabajo (y a nosotros disfrutar de ello, aunque sea desde muy lejos) y sobretodo preservar el legado, la historia y un saber hacer únicos. Y es que este puñado de talleres son los que permiten que los sueños creativos de los grandes diseñadores de moda se hagan realidad.

Image and video hosting by TinyPic

La legendaria Maison Lesage para los bordados: La casa se encarga de realizar a mano bordados únicos desde los años veinte; ha colaborado con las firmas más importantes en cada periodo de la historia: de Poiret a Lacroix, pasando por Vionnet, Dior y por supuesto Chanel.

Lemarié para plumas y camelias: El taller artesanal, fundado en 1880, confecciona para Chanel sus famosas camelias desde los años 60. Además, es uno de los pocos lugares en el mundo que sigue trabajando con plumas; plumas de cisne, de avestruz, de pavo real, de buitre… que son tintadas, afinadas y cosidas con esmero a las prendas.

Paraffection Chanel

El resto de flores, quitando las camelias, se elaboran en la Maison Guillet.

Para los sombreros Michel.

El orfebre por excelencia, Gossens, desde que hace ya más de medio siglo Chanel hiciera de él uno de sus provedores. Un maestro en el arte de mezclar piedras para brazaletes, broches y collares.

De los botones se encargan en Desrues, fabricando piezas que pueden llevar entre 4 y 20 fases diferentes en el proceso de elaboración. Sus fondos cuentan con más de ochenta mil botones que trazan sus siete décadas de historia.

Y por último los zapatos, por supuesto con Massaro colaboración de la que nació el mítico zapato bicolor. El taller, que se encuentra desde su fundación, en 1894, en la Rue de la Paix, ha visto pasar por sus salas zapatos que han dejado huella en la historia. Hoy en día es artífice de casi todos los modelos que se lucen en la semana de la Alta Costura.

Information About Article