Distinción

Hay escenas terriblemente elegantes en el mundo del cine. Como ésta de Fred Astaire y Ginger Rogers. Me gustan los años dorados de Hollywood en los que las damas cenan con vestido largo y guantes blancos y en el club se baila antes y después de declararse. No lo puedo remediar. Me gsutan los vestidos que tienen vueltos para poder bailar con ellos y la naturalidad que todo el mundo rebosa en los ambientes elegantes. Cary Grant es Cary Grant cuando se topa con la Hepburn en La fiera de mi niña, ella, toda dorada y tecnológicamente fría y dominante. Con sombrero de copa, claro.  Y también lo es cuando en Con la muerte en los talones, todo de gris, se hace pasar por el sorprende señor Kapland… Hayworth es Gilda con su vestido negro y sus guantes para ir a emborracharse al casino y con sus deslumbrantes joyas y abrigos de noche para ir a… “nadar”. Hay un halo tremendamente decadente en todo lo que se ve en el cine en esos años, Gloria Swanson vestida de Chanel, Adrian y Edith Head cortando el bacalao y Veronica Lake en el recuerdo de todos, con un cigarrillo, un vestido de fiesta y el pelo tapándole el ojo…
Hay imágenes nostálgicas y que transmiten elegancia
Como ahora…

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