El protocolo del bolso

¡Oh, la dura vida de la fashionista! Que si cuadros, que si flores. Que si ahora plataforma y luego tacón kitten. Falda hasta los pies o de largo midi. El color de turno que es el nuevo negro y Pantone sumando leña al fuego con su “orquídea radiante” (en serio, ¿de quién ha sido la idea del nombrecito?).

La cosa es cambiar y cambiar en una especie de espiral enrevesada que inexplicablemente siempre vuelve a su lugar de nacimiento y que dicta hasta la manera en la que hay que llevar el bolso. Y el bolso se lleva escogiendo entre opuestos: o cruzado en bandolera, para liberar manos, o bien agarrado (y arrugado) como si fuese una cartera de noche (y como si la función de las manos fuera exclusivamente lucirlo). 

Pero, mirando siempre hacia delante, tras varios años de manos y bandoleras, ¿no será el momento de volver al tradicional “bajo el hombro”? 

PD. Por mí todo ok mientras no regrese el asa colgando del antebrazo, fatal para los tendones.