Entreacto

A veces no nos damos cuenta de la improtancia que tienen las pequeñas acciones que hacemos. No sabemos ni porqué las hacemos. Para mí el verano del Norte de España y de la costa normanda tiene que ver con camisas de rayas marineras, somberitos de paja, barcos muy marineros y velas blancas. También tiene que ver con comer melón cerca de la playa y arroz. Ahora que es aún invierno y casi puedo ver la nieve blanca esperando a la vuelta de la esquina me acuerdo de que pronto se desenrrollará el telón de la primavera.
Pronto volverán las golondrinas de Bécquer y las camisetas de rayas marineras que llevaba Picasso. Porque Diaghilev ya supo con sus Ballets Rusos que solo hay que encontrar lo que queremos arañando un poco. El pobre rico Picasso vestía como un pobre y vivía pobre pero rico con sus telas y sus lienzos y sus ropas blancas y todo aquello. Diaghilev vivió rico y murió muy pobre en la Venecia del  29 con las dos palomas blancas de la Sert y Coco Chanel acunándole en una góndola de la muerte y es que sin duda recordaba que “la vida no es más que un cuento lleno de furia y dolor narrado por un idiota” tal y como dijo Shakespeare y con un telón que entrecierra las diferentes etapas de Picasso como el que abría y cerraba aquel Tren Azul que le arruinó pese a no hacer nada y hacerlo todo según dijo a Alfonso XIII.

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