Fascinación

Es muy tópico lo de que el sexo vende.
Que los ochenta están -estaban- de moda.
Que las hiperféminas poderosas se siguen llevando.
Que ellas mandan.
Y tal.
Pero es que Mugler es muy grande.
Los Ángeles nos pone en situación, un poco a lo puta de Miami y otro poco de aspirante a estrella entremezclado con dinero, drogas, sexo, perversión, música, estrellas, cine, focos, sueños, pesadillas, espejismos y mucha, mucha sed de mal.
Mujeres al borde de una piscina, de un ataque de nervios verbigracia de Almodovar -si es que gustan (yo no, pero de todo hay en la viña del Señor)- y con muchas ganas de poder, de seducir, con algo de templo lésbico al escándalo, al secreto, al buen y al mal gusto y a Abraxas si se tercia…
Mucha actitud, poca efigie y mucho cuerpo que es lo que importa.
Sin paternalismos y con muchas filias y fobias, con muchas ganas.
De éxito, de sangre, de alcohol, de amor, de sexo, de sangre, de vicio, de pureza, de dinero, de diversión, de llanto, de risa, de droga, de música, de calma, de caos, de exceso, de vicio, de nada y de sofisticación.
Y todo así, fluyendo…
Como un sueño muy real.

Information About Article