La noche en que me convertí en un personaje de Cluedo

¿Cómo puedes comunicar el rediseño de una botella de ginebra de manera original? En 10 cómodos pasos: 

1. Busca una fecha fuera de todo el circuito de eventos. Algo tan raro y tan descabellado como un sábado, para que tus invitados puedan disfrutar de la noche sin tener que correr a casa. Sí, por mucho que los miércoles sean los nuevos jueves, llega un momento de la vida en el que no mola tanto salir entre semana y arrastrarse después hasta el viernes (ay, que el cuerpo ya no aguanta lo mismo quién me ha visto y quién me ve). 

2. Cítales en un rincón secreto porque el hilo conductor de la noche serán las sorpresas. ¿Qué tal una sala escondida bajo una escalera a la que se accede desde una cabina de teléfono londinense? Pues hombre, ya con el detalle, te garantizas quedarte con el personal… y eso que la noche no ha hecho más que empezar. 

3. Presenta la ginebra, que para eso has organizado el sarao. Y mejor ahora, que la noche es joven… porque igual (que igual no, oye) en un par de horas la gente se ha dado tanto a las bondades del gin tonic que prefiere la práctica a la teoría. 

4. Presentación y cóctel. Cuando parece que todo está a punto de acabar anuncia: esto no ha hecho más que empezar. ¿Nos mudamos a un palacete vecino? Pues allá vamos. Y ahí tienes la segunda sorpresa de una tarde que ya es noche. 

5. Recibir a una decena de invitados en un palacete solo puede hacerlo una doncella de acento ruso enfundada en un corsé (mejor si acompaña a un guardaespaldas inglés). Porque suma más puntos. 

6. Ya en el salón, más exclamaciones de asombro: allí espera una cena. 

7. A estas alturas tus invitados intuirán que están entrando en una partida de Cluedo o similar, así que es el momento de que entre en escena la duquesa/marquesa/tía-Ágatha. 

8. Espera a mitad de la cena para lanzar la noticia: “se ha producido un robo, en la habitación de la señora falta su joya más preciada”. Ante lo que, evidentemente, aparecerá un detective que había estado camuflado entre el grupo hasta el momento. ¡Qué nadie baje la guardia! 

9. Llegados a este momento de la partida, el siguiente paso está claro: los invitados tienen que investigar, registrar habitaciones e interrogar para desenmascarar al ladrón. 

10. ¿El final feliz? (Porque has elegido a unos invitados tan espabilados que resolverán el misterio), cuando aparezca la joya robada. Que, vaya casualidad, es la nueva botella que se presenta así en primicia. 

No está mal, ¿eh? Pues así nos sorprendió la gente de Brockmans un sábado cualquiera de mayo en uno de los eventos más divertidos que recuerdo. Y bueno, siendo su lema “Like no other” (no hay otra igual) hay que decir que la velada le hizo justicia desde el minuto uno. Una noche cargada de sorpresas (de las que molan).