Muerte

Cuando una persona puede sorprenderse y fruncir el ceño porque un diseñador de veinte años pasee, tan campante, entre firmas de moda y, en sus prometedores fracasos, sea relegado de chico it a olvidado por la industria voraz, cruel y taimada de la moda; uno puede sorprenderse e interesarse por cualquier cosa.

En primer lugar, la moda es un subproducto de la cultura actual y pasada. Algo positivamente marcado de forma negativa en el je ne sais quois del ADN humano. Si desde las primeras tribus hasta nuestra compleja estructura sociocultural la moda ha ocupado un papel tan relevante, cualquier cosa es posible.


En segundo lugar, la moda es para todo el mundo. Los que quieren saber quién es Ghesquiére, los que quieren ser el nuevo Esteban Cortázar prehundimiento en Ungaro, los que quieren comprar Balmain en Colette y salir en The Sartorialist y Garance Doré, los que quieren “partir el pan” en la facultad de derecho y pescar a un médico para siempre, las señoritas que quieren ser modelos pese a tener los tobillos gordos, medir 1.50 y usar una 50 –espero que nadie se me ofenda– y ven esas series de televisión que tratan sobre el mundo de la moda ¿? que debe estar paralelo en alguna burbuja supra o infra real.


Y para las aspirantes a estilistas que estudian moda en Badajoz -!saludos a los de Badajoz! y, disculpenme por la vulgaridad porque Badajoz es una ciudad y provincia preciosa, nunca he estado pero seguro que es preciosa, pero no acaba de encajar en mi idea de metropoli y de ahí el ejemplo. Otra vez, para ahorrarme esta interrupción, diré un pueblecito perdido cerca de Cracovia.- Y para las pijas -o pseudopijas- cuyo Basto conocimiento de moda que ellas creen Vasto se reduce a Tous, Carolina Herrera y Ralph Lauren con cosméticos de Dior y perfume de Chanel en los mejores casos. Y para los rojos -con este post estoy haciendo amigos, ¿eh?- que dicen que ellos pasan con cualquier cosa.


Porque la moda es una cosa para todo el mundo. Porque nadie puede salir fuera de la moda. Porque la moda es algo horrible que nos tiraniza pero que, existe. Como existe el azul del cielo aunque haya daltónicos.


Y en tercer y, último lugar, todo el mundo es una víctima de la moda.


¿Y porqué? Me dirán mis queridos lectores para con los que polarizo pues, unos me adoran y otros me adoran menos -por decirlo de alguna forma-. Pues porque está demostrado que los suicidas que usan un arma de fuego apuntan de formas diferentes. ¿Qué? ¿Qué?. Sí, si es hombre, apunta a la cabeza. Tiro certero, muerte rápìda y de forma poco cruel.


Si es mujer, apunta al corazón. ¿Por? Para no desfigurarse… Muerta pero coqueta. Algo así como “jodido pero contento”.


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