Operación aumento de pechos

Operación aumento de pechos

Una operación para el aumento de los pechos consiste en colocar dentro de la mama una bolsa especial llena de algún material, como puede ser una prótesis, para obtener el volumen deseado en los pechos. Para que la cicatriz quede disimulada, se efectúa por el borde inferior de la aureola, por el surco de debajo de la mama o por la axila.

La intervención suele durar dos horas y se hace con anestesia general y, a los dos días se suele dar el alta.

Las prótesis más usadas son las rellenas de un gel de silicona cohesivo o de suero fisiológico. Las primeras tienen una consistencia más natural, son más estables y su duración es mayor. Las de suero pesan más y son más duras, pero, a veces, provocan una sensación de frío y unos ruidos al moverse el líquido, La forma de las prótesis puede ser redonda o anatómica, lisa o rugosa.

Tras la operación, los primeros días suelen aparecer morados y hematomas. A veces, el líquido linfático forma como un quiste llamado seroma, que se soluciona fácilmente. No es raro que, de manera pasajera, se pierda la sensibilidad en algunas zonas de la mama.

Los riesgos que puede tener un aumento de pechos con prótesis de silicona es que puedan sufrir una rotura con salida de parte de su contenido. Es más frecuente con los años por el desgaste de la prótesis, pero, espontáneamente, ocurre en menos del 1% de los casos.

En las que contienen suero, no ocurre ningún trastorno, pues este líquido se reabsorbe. Pero en las de silicona, esta sustancia puede inflamar los tejidos formando unos nódulos, que es posible que se desplacen a las axilas o al abdomen. Por ello, para evitar roturas, se recomienda cambiar las prótesis o implantes cuando hayan transcurrido alrededor de los 10 años.


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