Parisinas

Decía yo que no podía quitarme de la cabeza a mis enamoradas de Lanvin, gloriosas, triunfantes, grandes almas nobles y honorables a las que el viento agita sus tribulaciones pero no sus cabellos porque tienen esa esencia especial, esa aura de gran dama, de regia reina soberbia y despótica que roza lo tiránico pero que ama, ama, por encima de todo… la libertad.

Maquiavelo decía que ningún mérito iguala, ningún nombre se compara y ningún corazón doma el solo nombre de la libertad.

A mí las parisinas de Arde París me parecen las parisinas de verdad.
El corazón del mundo es París y ellas son su latido.
Y nada más importa

Aunque reconozco que se me hacen algo equiparables a Goya y sus libertadores. Tienen algo de icónico, de inmemorial, de maravilloso… y también de muy actual, claro, a Alber Elbaz se lo parece y, oigan, a mí también.

Information About Article