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Hay marcas -sólo algunas- que cuentan una historia. Las hay que nos transmiten un lujo aparentemente inalcanzable, otras hablan de diversión, de optimismo, de tradiciones… Pero todas tienen algo en común: todas alcanzan el éxito cuando tú quieres formar también parte de esa historia. 

En Tiffany&Co. venden una historia de amor eterno (de ésas con final feliz) y sinceramente, ¿quién puede resistirse a algo así? 

En la joyería de las cajas azules todo tiene una leyenda detrás, todo tiene un porqué. Por ejemplo, su colección Return to Tiffany nació de unos llaveros de plata que llevaban grabado un número de registro. Si alguien perdía sus llaves y caían en manos de una buena persona que seguía las instrucciones “devolverlas a Tiffany, Nueva York”, enseguida regresaban a su dueño con el que contactaba inmediatamente la joyería. 

Muchos años después a algún visionario se le ocurrió crear todo tipo de pulseras, colgantes y charms con el mensaje de los llaveros. Las piezas de plata se convirtieron inmediatamente en objetos aspiracionales que todos querían (y oh, podían) tener. 

Ahora la joyería cumple 175 años (¿cuántos tiene Estados Unidos?) y lo celebra con un nuevo hito: desarrollando un nuevo metal, el Rubedo. Con una base de cobre y aleación de diferentes metales su formula exacta es tan secreta como la de la Coca-Cola. ¿Una fórmula secreta?, ingrediente indispensable para crear una nueva leyenda. 

¡Por muchos siglos más!