Princesa por sorpresa

Hola Patricia, hay una fiesta el miércoles y nos gustaría vestirte de Angel Schlesser, peinarte y arreglarte para que vayas preciosa, ¿te apetece?- me soltaron nada más responder al teléfono. Y claro, ante una llamada así que no recibo todos los días sólo cabe una respuesta – …eh, esto… b-bueno, vale…

La fiesta era en Gabana, la organizaba Mahou y sería el pistoletazo de salida de la temporada navideña en la discoteca, que Angel Schlesser se había encargado de decorar.

Confieso que tengo un lado cursi y un tanto kitsch que de vez en cuando aflora sin que pueda hacer nada para esconderlo bueno, vale, hay quién dice que soy así las 24 horas. Por eso, la perspectiva de convertirme en reina por un día le hacía dar palmas a este lado presumido que contaba las horas para que llegara la fiesta.

A mediodía corrí al showroom de Angel Schlesser donde me esperaban burros y burros de ropa. El primer inconveniente, todo me quedaba enorme. Desventajas de ser una persona diminuta… Al final, tras unas cuantas pruebas creo que dimos con la mejor opción, ¿adivináis qué elegí?

Por la tarde, tras un día agotador, me esperaban en Le Club listos para mimarme (¡perfecto!). Entre copita y copita (para irme animando) me restauraron la cara de cansancio con la que llegué y me montaron un moño con el que parecía que hasta tenía melenón todo mentira, un perfecto efecto óptico.

Aquí algunas malísimas fotos del resultado final (oh, yeah, pasé por el ‘fotocol’, como cualquier selebriti que se precie, que diría Arturo) y un detalle de la decoración en la discoteca. Mi compañera de andanzas, la guapa María; y ambas con el diseñador y con Chema.

Y bueno, como me daba vergüenza dejar sólo estas fotos, les he pedido a los chicos de Mario de la Renta algunas de las suyas, infinitamente mejores porque se nota que son profesionales. Con María y otra María, ella de Le Club.