Sé una gran amante

Sé una gran amanteDesarrolla tu inteligencia sexual explorando todas las posibilidades juntos. Cuanto más juego y descubrimiento, mayor pasión generarás.

El erotismo es lo que excita al amor sensual, es la capacidad de ponernos en el lugar del otro y de interactuar afrodisíacamente con su imaginación.

Según el escritor Gregorio Morales, autor del libro “Por amor al deseo: historia del erotismo”, lo esencial en la pasión sexual es la imaginación, porque el sexo se realiza por simple placer y si no es alentado por la fantasía, sólo es fisiología como en los animales y esto es insuficiente para expresar las sutiles e indefinibles cuestiones del amor en todas sus dimensiones.

Juegos y fantasías

Dos recursos con un gran potencial erótico son:

• Las fantasías. Generalmente las realizamos durante la masturbación, pero no en nuestros encuentros sexuales. Atrévete a confesarle a tu amorcito tus más fervientes fantasías sexuales y consideren la posibilidad de llevarlas a cabo de juego dentro de la alcoba, siempre y cuando ambos estén de acuerdo.

• Los juegos sexuales. Ayudan a descargar las tensiones y permiten disfrutar con más facilidad de la sexualidad. Darle una nueva y mayor variedad a su vida sexual los hará ir consiguiendo una complicidad que con nada se logra en pareja como con el sexo.

Algunas ideas “picantes”

Los especialistas en temas sexuales y autoayuda de pareja te proponen estos valiosos consejos para que tu erotismo en pareja no decaiga:

Imagina el deseo

Para levantar tu libido, cierra los ojos, relájate y piensa en una situación en la que has sentido verdadera pasión por tu pareja. Imagínala y recuerda exactamente cómo te sentiste en aquel momento. Mientras evocas ese sentimiento, junta firmemente tus dedos pulgar e índice durante unos minutos, para “registrar” esas emociones en tu cerebro, asociando las vivencias pasadas con ese gesto de tu mano llamado “mudra”. Así, cada vez que quieras elevar tu estímulo sexual, sólo tendrás que ¡unir tus dedos!

Libera tus fantasías

Si tu relación empieza a ser predecible, haz una lista con los caprichos eróticos favoritos de los dos, como bailar juntos desnudos, enviarse mensajes candentes, pasarse un hielo por el ombligo o darse chocolate en la boca. El siguiente paso consiste en poner la lista en práctica y además ampliarla. Sorprende a tu “espíritu gemelo” con un detalle seductor distinto a diario, especialmente los que implican contacto físico, como las caricias o los “besos estratégicos”, que encienden la mecha sexual.

Calienta el ambiente con palabras

Inventa tu propio cuento erótico o consigue uno, llévalo a la recámara y disimúlalo metiéndolo dentro de un libro, que después abrirás como si lo estuvieras leyendo. Entonces cuéntale a tu pareja el relato más lujurioso y sexy que puedas decirle en voz alta. Mientras te escucha, tu chico puede practicar el autoerotismo hasta alcanzar el orgasmo cuando le cuentes el punto climático de la narración.

Se va la luz, llega la sensualidad

Con la habitación en la más completa oscuridad y los ojos vendados, puedes hacerlo acceder a sensaciones insospechadas, porque al eliminar el sentido de la vista se realzan los demás, sobre todo el tacto. En ausencia de la visión somos más conscientes de la respiración, los olores y los demás sonidos del sexo. Rompe el contacto con él, no dejes que vea hacia dónde te diriges, hasta que sienta tu mano acariciando su muslo, escuche una frase “juguetona” tuya junto a su oreja o sienta tu lengua sobre la parte más inesperada de su anatomía.

Hoy dile a todo que sí

Durante 24 horas tu pareja podrá darte cualquier orden, como que beses lentamente todo su cuerpo o le hagas un masaje sensual de pies a cabeza, sin permitirte una palabra de protesta. Para ayudarle a que elija qué hacer contigo durante ese “día de pasión” puedes preguntarle cómo quiere que te vistas, si hay algo que desee ardientemente, aparte de ti, como comida, bebida o lo que sea, si necesita alguna cosa para hacer realidad sus sueños eróticos, algún accesorio para representar sus fantasías. La próxima vez le tocará ser obediente a él.


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