Tensión

Karl Lagerfeld ha vuelto a hacer de las suyas. Que si él no diseña para gordas y que si las modelos tienen que estar delgadas-anoréxicas porque las curvas no quedan bien en pasarela. Que si cincuenta kilos para metro ochenta es mucho y que si esos pechos son excesivos y las caderas están poco marcadas. Que si no hay nada peor que los conversos porque Karl, gordo, sabe lo que es estar gordo y, claro, no lo permite.

La verdad es que la mayoría de personas son intransgentes. Karl es la punta del iceberg en cuanto a la actualidad sobre los cánones estéticos pero no es nada nuevo bajo el sol. A Chanel no le gustaban rubias y a Meisel le ocurre que sus gustos acaban concluyendo en dimensiones fóbicas. Si le gustas, llevas un gran trecho ganado. Si no… bueno, hay catálogos de supermercados y cosas así. ¿No?

A Christian Dior le gustaban las modelos con algo que agarrar, según contaba él mismo. Y no especialmente jóvenes. Tampoco mayores, claro. Pero de su propia boca, “mis modelos son chicas que pierdo al cabo de unos años cuando se quedan embarazadas, se casan o quieren dedicarse a su familia y no a posar”. Y no le gustaban sin pecho ni cadera. Quería curvas, curvas.

A Irving Penn le gustaba fotografíar a su mujer, realmente sólo a su mujer. A Avedon le iba el humor y la belleza antes de la guapura y las supermujeres y a Helmut Newton el sexo. Quería valqurias, diosas, mujerones pero no relamidas chiquillas lánguidas que no sabes si acercarte a darlas de comer o si apartarte por si tienen tisis o tifus. A Richardson, su intransigencia para con el respeto y la dignidad no son ni comentables.

El “target” de mercado al que se dirige la marca -la idea del diseñador- o llámalo X a veces condiciona en la elección y en las intransigencias del que escoge. Neo2 no hace composiciones isnpiradas por la obra de Mozart sino más bien por algo indie-boho.bobo ¿?. Y Vogue prefiere a Oscar de La Renta antes que a Bershka. ¿Intransigencia, gusto personal o sello característico?

Por este blog, pueblan más imágenes y textos que forman una cosmogonía muy clara y precisa. Un mundo polivalente pero clásico, elegante y sin estridencias. Editoriales consagradas o delicadamente frágiles. Sofisticadas damas, elegantes disonancias. Acordes suaves y música de cámara.

Y he pensado, si Chanel lo compran mujeres hechas y derechas, ¿porqué no algo diferente?

Y esto es…

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