Torera


Cuando la Infanta Elena apareció con esta maravilla de Caprile, todo el mundo aplaudió su elección aunque algunos, los menos, la criticaron. Decían que tenía demasiado de declaración de intenciones y que era demasiado “español”.
El concepto de demasiado no lo tengo demasiado claro. Si representa a la Casa Real Española, la representación en sí misma exige ser encantador e inolvidable. El vestido lo es. Elegante, era. Le sentaba de maravilla y en sí, era una maravilla.
Algunos decían que desfasado. Pero también lo están los cuentos de princesas y para eso, podemos sacar a relucir que está divorciada (si es que el estado civil indica la modernidad) y otros que no era adecuado por ese tono obsceno. Y otros que era sencillamente, feo y sin justificación para la moda.
¿Una princesa vestida de torera?
A Caprile se le va la cabeza.

Por lo que parece, a Worth se le fue primero.

Cómo me gusta la historia.


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