Date automasaje y olvídate del estrés

 Date automasaje y olvídate del estrés

Estar bajo presión causa contracturas y tensión, aprende a relajarte y a estar en paz contigo misma.

María vive sola, con la sola compañía de su gato siamés, mientras que Julia convive con su familia, es decir con su marido y sus dos hijos, pero ambas mujeres comparten una realidad cada vez más normal y estresante, sobre todo entre la población femenina: trabajan mucho tiempo, tanto dentro como fuera de su casa.

A su agotadora jornada laboral en la oficina, le suman cada día otras muchas horas de trabajo igualmente intenso en el hogar, que disminuye sus energías y nervios, y las sume en un estado de agotamiento y ansiedad, en el que difícilmente hallan un espacio para ellas y sus necesidades.

Estrés = cansancio

Asuntos contrapuestos, conflictos internos, hechos inusuales, sucesos impredecibles, pérdidas, frustraciones. Son algunos de los principales detonantes de la tensión nerviosa y la ansiedad.

El exceso de información, las crisis domésticas, profesionales y personales, los conflictos de pareja, la vida a toda velocidad, la fobia social, el consumo de café, una mudanza o unas vacaciones que no se ajustan a lo que esperábamos, también pueden desencadenar el estrés.

Los expertos han identificado las principales circunstancias que desencadenan diversos grados de estrés en un momento u otro de la vida, en la gran mayoría de las personas e y comparten dos denominadores comunes: la persona las percibe como una amenaza y deja de sentir que domina y controla la situación.

Para atajar los trastornos asociados al estrés, prevenir su aparición y afrontar en mejores condiciones los momentos de tensión nerviosa, la terapeuta Lola Mangas experta en técnicas corporales y sensitivas recomienda practicar algunos ejercicios antiestresantes:

Automasaje relajante, el mejor trabajo manual: Según la técnica, el masaje mejora la circulación de la sangre, estimula los nervios y músculos, fomenta la salud cutánea y alivia la tensión y los espasmos. Además de aliviar una serie de trastornos relacionados con el estrés como dolor de cabeza, fatiga y dolor articular. El masaje obliga a dedicarse más tiempo y prestarse más atención a uno mismo, ayudando a aumentar las defensas psicológicas contra el estrés.

Existen auto-masajes que pueden aplicarse en distintas partes del cuerpo, y que ayudan a relajarse, como el llamado ABC.

A. Entrelaza los dedos con los pulgares hacia arriba, masajea firmemente toda la palma de tu mano derecha con el pulgar izquierdo, y después a la inversa, esto de 15 a 30 segundos en cada mano.

B. Pon tu mano izquierda sobre el hombro en el lado derecho del cuello con los dedos hacia tu espalda, presiona el músculo con los dedos y empuja, plegando la barbilla hacia abajo. Mantén la presión 10 segundos y afloja; repite el masaje del lado izquierdo.

C. Cubre tus ojos con las manos, y permite que tus dedos toquen tu cabello. Presiona, efectuando movimientos circulares primero en un sentido y después en el contrario, durante 30 segundos.

Un alivio para la zona dorsal: Pide a un amigo o familiar que te haga el siguiente masaje. Acuéstate boca abajo, sobre una superficie firme, como la de un colchoncillo situado sobre el suelo o una camilla de masaje; la cama no es un lugar conveniente. Afloja los brazos y colócalos en dirección a la cabeza. La persona que te ayuda debe apretar tu espalda con los dedos de las manos, hasta repasar en su totalidad la zona dorsal y lumbar. La técnica consiste en ir presionando y aflojando, en poner las manos abiertas sobre la base de la espalda, arriba de la cintura y frotar, e ir subiendo hasta llegar a los hombros.

Gimnasia para mimar el cuello: Adopta e en una postura cómoda y mantén una respiración profunda, suave y lenta. Oprime con la punta de tus dedos los músculos de la nuca durante 10 segundos. Pon las yemas de los dedos en la base de la nuca y aprieta. Con movimientos circulares sube hacia la cabeza. Cuando concluyas el masaje del lado izquierdo con la mano derecha, masajea el lado derecho con la mano izquierda. Repite este ejercicio dos o tres veces.

Un ejercicio amigo de la espalda: Acuéstate boca arriba, con las rodillas y los pies juntos, y levanta el brazo derecho por encima de la cabeza, con la palma de la mano hacia arriba. Deja estirado el otro brazo a lo largo del cuerpo con la palma hacia abajo. Mantén esta posición durante 10 segundos. Después haz lo mismo con el brazo izquierdo. Repite este ejercicio cuatro veces en cada lado de tu cuerpo.


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