El tacón de aguja

El tacón de agujaEs fuente de feminidad y elegancia, símbolo de poder social y cultural, y además un objeto de seducción que enloquece al hombre.

El tacón de aguja ha estado siempre al servicio de nosotras las mujeres, pero ha marcado también a los hombres. Han agigantado nuestra feminidad, se han convertido en un símbolo de poder y son uno de los mayores objetos de erotismo.

Poder femenino

Desde que Christian Dior los mostró por primera vez en 1940 en uno de sus desfiles, han agigantado nuestra feminidad y elegancia, llenándonos de sofisticación y esbeltez a la figura.

Para las celebridades los tacones de aguja son de uso obligado y nada mejor que un par de stilettos, como se les conoce, de Christian Louboutin para desbordar femineidad y refinamiento.

Ícono social

El tacón de aguja trascendió los límites de la pasarela y se elevó a símbolo social y cultural, pues aunque no es ninguna comodidad usarlos, sí son un símbolo de poder que denota dominio.

Desde que la mujer se subió a unos tacones, los centímetros de más la colocaron a la altura del hombre y recortaron distancias sociales.

Fetiche sexual

Es tal la capacidad de seducción del tacón de aguja, que es uno de los accesorios que más erotismo le añade a la imagen de una mujer. El tacón de aguja crea imágenes eróticas, objeto del deseo popular al ser una extensión del cuerpo femenino.

Pocos complementos tan pequeños abren tantas posibilidades a la imaginación e incluso es un fetiche sexual para coleccionistas. Sus efectos afrodisíacos se multiplican cuando están acompañados por unas medias de red y son complemento ideal para los juegos sexuales.


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