Femmes Fatales

Quizás sería mejor decir mujercitas fatales. Al fin y al cabo, no dejan de ser lo mismo sólo que con el filtro del estilo, la edad y la actitud. Se contonean peligrosamente sobre tacones y miran a los hombres con ojos seductores. Con otras mujeres, son desconfiadas. Mejor amigos que amigas, ya saben. Al final se trata de ponerse el vestido más ceñido, los tacones más altos, los labios más rosas y el contoneo más fértil. Y una copa en la mano, quizás algo de tabaco y la certeza de que lo único que tenemos es el presente.
La moda trata del presente más estricto. No se trata de la Alta Costura, de lo que dice Gaultier en París, de que sólo 100 elegidos hayan visto al colección de Tom Ford en Nueva York o de los rumores de Lagerfeld en Chanel y Elbaz y Theyskens… Se trata un poco más de Lanvin -Alber Elbaz- para H&M porque lo que vende es una cita con el hombre al que deseas, eso de Saint Laurent de que el mejor vestido son los brazos de la persona que amas, y si no, uno de sus vestidos. Y al final, es el día a día, ese pret a porter, lo que importa. La moda rápida de verdad.
Para que mis jovencitas puedan ponerse un vestidido, unos taconcitos, un pintalabios rojo fuerte, un collarcito y un poco de convicción de que este sábado merece la pena. Ya llegarán los malos tiempos del lunes después. Pero es el fin de semana cuando mis princesitas eróticas amanecen. Qué se le va a hacer. De eso se trata.
De ser mejor persona cuando amas a alguien.
Y a veces, empezamos a soñarlo con nuestro aspecto.

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