Amigos Y Familia

De alguna forma el mundo de la moda –como cualquier otro– produce una extraña intimidad. Meisel y Lagerfeld son hombres que siempre han tenido filias y fobias muy volubles pero otros han mantenido a sus musas entre almohadones como deberían estar. Yves Saint Laurent con Catherine Deneuve y las mujeres con la piel como el carbón o Monsieur Dior con Madame Bricard y su sempieterno pañuelo de leopardo anudado divinamente a la muñeca.

Pero aparte de las relaciones de amor platónico o de un entramado místico como las de autor y musa o las de inspiración y creador, también hay otras relaciones privilegiadas como la de Robersi y Natalia Vodianova, la de Sofia Coppola y Marc Jacobs o la de Carine Roifeld y Tom Ford.

O incluso relaciones profesionales que al cruzarse se convierten en curiosas amistades que fructifican o bien en decadencia o bien en éxito. De eso habla Scott Schuman. En primer lugar, su relación laboral que se inició para cuidar de su hija y que decidió fotografiar el buen gusto, dio un amor con la francesa Garance Doré que también se dedica al street style y a ilustrar con líneas sencillas, chicas glamurosas. Y en segundo lugar, sus habituales han ido convirtiéndose en amistades ya que, han dado en una relación profesional y de intimidad.

La cámara de un fotógrafo es algo extremedamente personal. Cualquiera puede mirar por su ojo pero lo cierto es que sólo descubre sus secretos a su dueño. Y a veces ni siquiera a él. El ojo no es el que ve sino el cerebro, pero precisamente por eso es tan puro. Dicen que el cerebro -que es trino y que cuenta la historia del mundo- tiene miles de neuronas en las que la sensibilidad, los sentimientos, los sueños, los sentidos residen dentro. Que el alma está en los huecos de esas sinapsis y que, por eso, cualquiera puede mirar por el visor y no ver nada porque sólo el que ve y ama puede descubrir las presencias de las ausencias como el alma en las cavidades de la mente.

Anna Dello Russo ha contado que realmente ella ya está en el círculo de Scott de la misma forma que su fiancé y que su relación es más que laboral y no sólo porque el le haya dado relevancia pública y notoriedad, como por su amistad interpersonal. Ahora ha desvelado que el streetstyle está preparado. Era evidente para todo el mundo. Y todo el mundo lo sabía pero tiene cierta gracia que ella espere que no haya decepcionado a la gente ahora que ha explicado éste, al parecer, secreto vital.

En cualquier caso, más allá del trabajo que se esconde tras la obra de arte, está el final. Nadie contempla con más admiración la Mona Lisa que los nenúfares de Monet sólo porque Monet los pintara en lo que tarda el sol en descender ni es más hermosa la venus vestida que la desnuda.

Al fin y al cabo, ¿eso importa?


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